Cuales horizontes, si
este mar
con sus aullidos antiguos me abandona,
si el viento se ha enredado entre los dedos
de escollos embalsamados
en los remolinos
de las esperas, si también el sol ha escondido
sus espejismos a mi mirada de vencido.
Allí, donde la ola se tuerce sin paz
meciendo las piedras con los frágiles brazos,
no descubro señ que den las alas
a mis pensamientos y busco el sueño
sepultado en tiernas alcobas, besado
por los rumores del silencio.