ME   LLAMA  EL  MAR

 

 

Manos deformadas

por cóleras de viento

cuentan en vano los ángulos

cambiados de mi rostro,

forzando umbrales contraídos

a contener escorias

de emociones, amalgamadas

a los ritmos enfermos de obsenos

sueños recurrentes. Y el mar

me llama con su aullido

rebelde mientras vencido se mata

sobre teoremas de arena.

 

He colgado el respiro

en los rayos del sol.